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domingo, 28 de junio de 2009

GOLPE DE ESTADO EN HONDURAS

El Alto - Bolivia


Golpe de Estado en la hermana República de Honduras


Por: José Quispe Vasquez



Manuel Zelaya, el presidente hondureño, ha convocado para este domingo 28 un referéndum bastante sui géneris: ante la negativa del Tribunal Supremo Electoral y el Parlamento para autorizar la consulta, él la ha organizado, prácticamente, en calles, plazas, mercados, colegios. No habrá observadores internacionales, ni padrón electoral.

Quien quiera votar solo deberá llevar su documento de identidad. La pregunta a responder es si se está de acuerdo o no con que, en las elecciones de noviembre haya una cuarta urna (aparte de la presidencial, legislativa y municipal) para decir sí a una Asamblea Constituyente. En el fondo, aunque Zelaya lo niegue, se atisba la reelección.

A este ampuloso y extraño mecanismo, se le agregó un ingrediente explosivo: la destitución del general Romeo Vásquez, Jefe de Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas. Luego el culebrón continuó. La Corte Suprema restituyó al militar, hay soldados en las calles y rumores de golpe, mientras el mandatario porfía con la consulta.

Pero, ¿quién es este presidente aparentemente arrinconado? Zelaya es una extraña combinación de hombre de ideas liberales clásicas (llegó al poder con el Partido Liberal) y fuerte pensamiento social, que ha andado de arrumacos con Fidel Castro y Hugo Chávez y hasta se ha matriculado en la ALBA. Aún más: fue en su país donde, en la asamblea de la OEA realizada a fines de mayo, se acordó el retorno de Cuba al organismo.

Los muchachos ‘albistas’ incluso lo han llamado ‘Camarada Zelaya’, en medio de la turbamulta de estos días, aunque no se sabe bien qué pueden hacer para neutralizar la hondura de esta crisis.

En su propia tierra Zelaya cuenta con el apoyo de sectores campesinos y populares. En este trance ha salido a apoyarlo el Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH). Tampoco es que este solo y abandonado en medio de la selva maya.

El mandatario, además, tiene ahora al lado a un presidente que llegó con un ex movimiento guerrillero (Mauricio Funes en El Salvador) y a un ex guerrillero aficionado a las componendas (Ortega en Nicaragua). Todo lo cual dibuja un nuevo panorama político en Centroamérica, distinto al habitual, donde la derecha ruda siempre prosperó.

El problema es que, como otros colegas suyos, Zelaya parece acariciar el pecado de la reelección, lo que lo sitúa en un terreno sospechoso de caudillismo.

Bueno, como se imaginarán por el título, esa consulta reeleccionista no se realizó, pero todo ha terminado de la peor manera. En la madrugada, el Ejército depuso al presidente Zelaya. La mejor crónica es de El País de España:

La tensión crece en las calles de Tegucigalpa después de que esta madrugada, justo antes del amanecer, un comando de las Fuerzas Armadas capturara al presidente de Honduras, Manuel Zelaya Rosales, lo trasladara inmediatamente a una base aérea del sur de la capital y lo deportara a Costa Rica. La Casa Presidencial ha sido tomada por los militares, que han situado tanquetas junto a cada puerta. Allí se están reuniendo los partidarios de Zelaya, que protestan por un golpe de Estado que atribuyen al “poder económico”, llaman traidores a los soldados y queman neumáticos. Mientras tanto, el Congreso, reunido en una sesión especial por convocada por su presidente, Roberto Micheletti, ha nombrado a este presidente interino del país, según ha informado la cadena Telesur. Para ello, los miembros han aceptado una supuesta carta de renuncia firmada por Zelaya. La Comisión Electoral ha emitido previamente a este nombramiento un comunicado en el que asegura que las próximas elecciones presidenciales se celebrarán el 29 de noviembre como estaba planeado.

Las emisoras de radio y televisión han sido cortadas, así como la electricidad, y se ha suspendido el transporte público. Tanquetas y camiones llenos de soldados están tomando los puntos estratégicos de la ciudad y varios helicópteros del Ejército no dejan de sobrevolar la Casa Presidencial y el Parlamento.

El presidente ha sido capturado en su domicilio, en la colonia de Tres Caminos, justo cuando creía que ya se había conjurado el peligro de golpe de Estado.
En una entrevista concedida a este periódico pocas horas antes de su detención, Zelaya Rosales presumía de que el apoyo expreso que había recibido de Estados Unidos había resultado fundamental para que el general insurrecto Romeo Vásquez no se hubiera atrevido a consumar un golpe que ya intentó el jueves sacando a los militares a la calle. La confianza llevó al presidente a abandonar anoche la Casa Presidencial por primera vez desde que estalló el conflicto, provocado por su intención de convocar, para hoy domingo, una consulta popular que abriese el camino de su reelección.

El golpe ha sido condenado por la OEA, Estados Unidos, la Unión Europea y Venezuela, con lo que el régimen que actualmente dirige el país está bastante descalificado ya no solo en términos estrictamente constitucionales - nunca un golpe de Estado es justificable - sino que esto puede terminar desencadenando sanciones internacionales bastante fuertes contra la dictadura impuesta. Claro, si Zelaya vuelve, va a tener que olvidarse de forzar la Constitución, pues ha terminado siendo su cruz.

Por su parte, el gobierno peruano ha expresado su condena enérgica a esta interrupción del orden constitucional y abogó porque se restaure la democracia. En el mismo tono ha estado Ollanta Humala. Saludable signo de que, a pesar que aquí podamos estar en desacuerdo con mucho de este gobierno, los propugnadores de golpes y vacancias son cada día menos.
Periodista Independiente (*)

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