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jueves, 6 de agosto de 2009

Los bolivianos tenemos derecho a vivir en Pando o en otro lugar de la patria

El Alto - Bolivia

Los bolivianos tenemos derecho a vivir en Pando o en otro lugar de la patria


Por: José Quispe Vasquez*



El traslado que organiza el gobierno de compatriotas del accidente de nuestro país (incluidos los bolivianos residentes en Argentina que expresaron su deseo de seguir similar destino), además de obedecer a una política que busca el desarrollo, según se informó, constituye un derecho de todos los bolivianos el que, además, lo ejercemos de manera espontánea e individual o en forma organizada.


Ese derecho lo practican desde hace décadas otros bolivianos que aportan, también decisivamente, a superar el atraso del departamento norteño.


Es cierto que no faltan los que protestan por esas migraciones internas (pero a la vez guardan silencio frente al ingreso de brasileños a Bolivia); pero esos son los menos porque la mayoría de los pandinos son acogedores, incluso los que pagan bajos salarios a los migrantes, en privado, admiten que esos “collingas son trabajadores”.


Ahora los patrones, la derecha y, sensiblemente algunos que son parte del pueblo, despliegan acciones en lugares de la amazonia, pandina y beniana, de rechazo a la anunciada migración organizada de bolivianos de varios sitios hacia Pando.


Los “argumentos”, mejor dicho los pretextos, de los opositores al traslado decidido se reducen a que debe organizarse mejor el cambio de residencia de aquellos compatriotas, que se les debe garantizar vivienda, escuelas…Además, que no deben cultivar coca (con lo que tendríamos que estar de acuerdo si fuera verdad), que depredarían los bosques, como lo hacen los antes llamados colonizadores.


Por éstos se ha dicho, con ligereza, que para sembrar tumban árboles más que los madereros.
Otro argumento de los patrones es el siguiente: primero se les debe dar más tierras a los lugareños pandinos, luego de que concluyó allí el saneamiento de tierras. Difícil creer que los empresarios digan la verdad cuando reclaman más tierra para los campesinos; esos patrones que, con procedimientos ilegales, acaparan las mejores tierras, allí donde deciden establecerse. Varios de ellos han sido beneficiados con tierras dotadas a título gratuito.


Desde el gobierno, hace pocos días, se informó sobre el acaparamiento y/o monopolización de tierras en Pando, precisamente, por aquellos empresarios a los que en apariencia se les ablandó el corazón y por ello reclaman más tierra para los que fueron o son sus peones.


Esos empresarios alegan, asimismo, que aquel traslado de gente hacia Pando tiene miras electorales. Es decir, que los que lleguen a ese departamento en agosto de este año podrán inscribirse para las elecciones de diciembre y votar por Evo Morales y, más grave para ellos, que con ese electorado la derecha perdería la consulta de fin de año (en Pando).


Los empresarios y políticos tradicionales pandinos saben que allí con mil votos se resuelven las justas electorales. Maniobras como trasladar votantes del Beni hacia Pando es algo que hizo el ex Prefecto pandino, cautivo en el Penal de San Pedro de esta ciudad. Otro antecedente más antiguo fue aportado por los hermanos Rubén y Severiano Julio Castro, los que fueron elegidos como parlamentarios por Pando, con fraude, las veces que quisieron.


Entonces aquellos personajes de infeliz recuerdo sólo llenaban las ánforas, no necesitaban simulacro electoral alguno. Esa historia que los abuelos deben recordar ha dejado huella, la que a cambio de nada se la debe seguir en ninguna parte.


Intentemos, ahora, descubrir la preocupación principal de los grupos pudientes de Pando, por lo dicho, ante el viaje de compatriotas para vivir y luchar en aquel territorio patrio.


Esos grupos minoritarios sienten amenazado el poder económico regional, del que todavía disfrutan, sin las limitaciones que tendría que haber impuesto el nuevo régimen que lleva más de tres años. El poder político de aquellos dueños de Pando ha mermado sólo en parte. No es una exageración decir que en aquel jirón de Bolivia los viejos políticos todavía pisan fuerte y pretenden prolongar su dominio.


Incluso Leopoldo Fernández, desde su cautiverio, auxilia a sus socios económicos y políticos: la semana que concluye, en el diario La Razón de La Paz, le han publicado una nota en la que aquél llama a derrotar a Evo y postula el retorno del viejo orden.
No encontramos una razón para ocultar que Pando es uno de los lugares en el que con nitidez se advierte la lucha por el poder, pero donde el pueblo tiene desventajas.


Sin embargo, se dan algunos pasos para que aquella disputa se resuelva en favor de los cambios y del pueblo pandino. Según los gobernantes, el saneamiento de tierras en aquel departamento (que acabó el 2008), estableció que existen 1,5 millones de hectáreas de tierras fiscales, de las que 700 mil se conceden a comunidades campesinas pandinas y a zafreros de Beni.


Pero hay otras promesas que siguen incumplidas: la consolidación de tierras de innumerables migrantes que producen en el norte boliviano y no tienen ni caminos expeditos, ni medios de transporte, ni mercados asegurados porque con su producción (sin valor agregado) no pueden competir, por ejemplo, con bienes de consumo brasileros. Agregamos que el contrabando por aquellas abandonadas rutas, hacia Brasil, sigue viento en popa.


La riqueza forestal continúa desprotegida, la biodiversidad (riqueza biológica) se pierde cada día y de este grave problema el gobierno tiene conocimiento o se cree que está enterado. Los campesinos del lugar tienen muy claro que los bosques y aquella riqueza biológica ya no se deben perder, como sucede todavía.


Otro lío sigue sin resolución: empresas transnacionales que operan desde Brasil están empeñadas en producir energía eléctrica con la fuerza de las aguas del río Madera, serían megaempresas con las que sus dueños ganarían lo que perderíamos los bolivianos porque aquel fluido eléctrico se exportaría, no sería para el consumo interno. Y las consecuencias que dejarían aquellas serían funestas: inundaciones que no se podrían controlar, enfermedades difíciles de tratar, pérdida irrecuperable de biodiversidad.


Un ejemplo ilustra lo que vendría aparejado con la producción de energía eléctrica para otros mercados y para otros usuarios: en un año, mientras operen las empresas en el río (internacional) Madera, desaparecerían cuatrocientas especies de peses de las setecientas que existen en aquellas corrientes de agua dulce. (Estudios establecen aquellas potenciales consecuencias negativas).


Campesinos e indígenas, en cambio, proponen que en vez de esas gigantescas compañías se instalen paneles solares y se utilice la biomasa para producir corriente eléctrica en su beneficio.
De esos últimos problemas, que amenazan o Pando, nada dicen los empresarios, acaso tienen motivos para callar. Otros, a los que sólo les interesa los negocios y nada les importa las consecuencias negativas de la utilización de los recursos naturales, apoyan que las aguas del Madera sirvan a las empresas transnacionales.


Desde el gobierno y los que apoyamos los cambios (críticas, creemos, fundadas), tenemos que llevar el debate, con los empresarios, allí donde somos más fuertes y, sobre todo, tenemos que discutir temas fundamentales sobre los verdaderos intereses regionales, populares y nacionales. Debemos separar a tiempo (para quedarnos con él) el trigo de la paja, con más inteligencia que los empresarios. En esta materia no hay por qué perdernos.


La defensiva en ajedrez, dicen los entendidos, es la muerte. Esto también ocurre en el campo de la política. Hay momentos en los que los gobernantes callan cuando deben hablar con propiedad o dan a entender que están a la defensiva sin que haya razones.


Ejemplo de una actitud defensiva de los gobernantes es aquella que muestran cuando desde la oposición se dice que se llevará compatriotas del occidente del país hacia Pando para que éstos voten por Evo Morales. De qué sirve ese silencio que al menos resulta sospechoso. Además, y esto sí importa, en las llamadas zonas de colonización del oriente y la amazonia boliviana con creces gana Evo.


Ese comportamiento se debe, entre otras cosas, a que los migrantes llegan a su nueva residencia con todo lo que tienen: hábitos de trabajo (son una fuerzas productiva valiosa), ideas (casi siempre avanzadas), experiencia sindical y política (con frecuencia de la buena y del pueblo), desempeño organizativo y práctica de la solidaridad de clase y de pueblo (de la que crecen otros sectores urbanos).


Quizá estos elementos señalados al final les preocupe más que otros a los empresarios que, ahora, se oponen a que otros bolivianos no pandinos pueblen el departamento del norte para aportar a la construcción de una nueva sociedad, ahora de transición, hacia otra, socialista multinacional para nuestro gusto.


Entre tanto, a los empresarios y a los pocos peones que le siguen debemos darles la batalla allí donde somos más fuertes y el lugar que interese al pueblo. Eso tenemos que decidir nosotros, jamás la derecha que hace lo que está a su alcance para dificultar el proceso de cambios. Pero que nadie olvide que el pueblo tiene fuerza para impedirlo.

Periodista independiente (*)

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