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miércoles, 7 de diciembre de 2011

El Madrid espanta al Ajax


La Paz, 7 de Dic. (Boliviapress).- La hinchada del Ajax se disponía a celebrar el pase a octavos de final de su equipo por primera vez en seis temporadas. Tenía siete goles de ventaja sobre su perseguidor, el Lyon, y disputaba el último partido de grupo ante un Madrid en reformas. Pero el destino le reservó dos infortunios extraordinarios: el Lyon le metió siete goles al Dinamo y el árbitro le anuló injustamente dos tantos que le habrían servido. El Madrid cerró el partido en la primera parte ante un adversario sin jerarquía que se desencajó ante las dificultades.

AJAX, 0 - REAL MADRID, 3

Ajax: Vermeer; Van der Wiel, Vertonghen, Anita, Blind; Enho, Eriksen, Janssen (Klassen, m. 76); Sulejmani, Lodeiro (Bulykin, m. 73) y Ebecilio. No utilizados: Cillessen; Van Rhijn, Serero, Özbiliz y Ligeon.

Real Madrid: Adán, Arbeloa (Pedro Mendes, m. 67), Varane, Albiol, Coentrão; Granero (Xabi Alonso, m. 58), Sahin; Callejón, Kaká, Higuaín; y Benzema (Altintop, m. 54). No utilizados: Tomás Mejías; Özil, Jesé y Di María.

Goles:0-1. M. 14. Callejón. 0-2. M. 41. Higuaín. 0-3. M. 92. Callejón.

Árbitro: Manuel Jorge de Sousa (Portugal). Amonestó a Vertonghen y Arbeloa.

Unos 45.000 espectadores en el Ámsterdam Arena.



Condicionado por la irrelevancia del partido y por la inminencia del clásico, el Madrid presentó un equipo de ocasión. Albiol y Varane no habían competido juntos. Arbeloa y Coentrão nunca se habían repartido los laterales en un partido oficial. Sahin, Granero, Callejón y Kaká compusieron una línea apenas ejercitada en los entrenamientos. Los únicos que habían tenido la oportunidad de desarrollar automatismos habían sido Higuaín y Benzema en las contadas ocasiones en las que han coincidido. Todo esto no pareció afectar demasiado al juego de ataque del Madrid. Lo notaron más los defensas. Albiol dio síntomas de estar padeciendo la inactividad cuando descuidó el primer control que le exigieron y dejó a Lodeiro frente a frente con Adán. Se interpuso Varane, que cortó oportunamente el disparo. Habían transcurrido menos de cinco minutos y el escenario era una copia fiel del partido del Bernabéu. Avanzaba el Ajax intentando salir de la presión y el Madrid jugaba en largo buscando la espalda de los centrales adversarios.

Ejercer de centrocampista en este Madrid es una tarea ardua, cuando no ingrata. Hay que estar preparado para correr mucho, tocar pocos balones, y, en general, hacer las cosas para las que ningún niño eligió la profesión de futbolista. Lo contrario supone un conflicto con las órdenes del técnico. Los nuevos, como Sahin, deben aclimatarse. El joven turco vive sujeto a contradicciones: hace lo que le gusta, que es tocar y moverse, o hace lo que le mandan, que es profundizar con grandes desplazamientos y esprintar para presionar en campo rival. Sahin entró desorientado al partido y el Madrid atravesó sus habituales problemas para iniciar el juego. Pero contó con la ayuda de Kaká, que está espléndido. Recuperado de sus dolencias, el brasileño vuelve a exhibir esa carrera elástica y feliz que le hizo grande.

Kaká se arrimó para apoyar a Sahin y a Albiol, y de ahí surgieron las primeras jugadas. Desde las inmediaciones del círculo central se las ingenió para meter un pase raso entre Blind y Vertonghen. El pase fue muy bueno pero quizá no tanto para evitar el anticipo de centrales más despiertos. Descuidaron el juego, el balón y el hombre. Y el hombre fue Callejón, que tiró la diagonal desde la derecha y remató de zurda entre las piernas de Vermeer.

El Madrid maneja fórmulas sencillas que facilitan la interpretación rápida. Es la ventaja de centrar el trabajo táctico en el juego sin balón. Como para presionar no hace falta más que atención y entusiasmo, y como Mourinho es un excelente motivador, el equipo ha conseguido una continuidad envidiable. Es agresivo en cualquier situación, incluso en un partido en el que no se juega nada.

El Ajax sí se jugaba el pase a los octavos y necesitaba romper la presión a la que lo sometieron. Lo intentó con Vertonghen saliendo desde atrás y sumándose al medio campo, y la maniobra le proporcionó una alternativa interesante. Un tiro desde fuera del área de Erikssen puso a prueba a Adán. Minutos más tarde, Anita volvió a intentarlo desde fuera del área. Adán no blocó y Lodeiro cabeceó a la red. El árbitro, un portugués de nombre sinuoso, Manuel de Sousa Neves Moreira de Sousa, declaró un fuera de juego inexistente.

El estadio comenzó a revolverse. La silbatina fue estruendosa cuando, en la siguiente jugada, Anita clavó una bomba de precisión en la escuadra derecha del Madrid y el árbitro, previo aviso de su asistente, volvió a declarar el fuera de juego.

El partido se puso cuesta arriba para el Ajax, desmoralizado ante el infortunio, asistiendo impotente a las repeticiones que atestiguaban los errores arbitrales en las pantallas gigantes. La perplejidad suele pagarse cara en el fútbol, sobre todo ante equipos como el Madrid, veloces y resolutivos como ninguno. Benzema cambió de orientación desde 40 metros y la defensa del Ajax volvió a olvidarse del hombre que entraba por el ángulo opuesto. Esta vez fue Higuaín, que ejecutó su característico rito cruzado de derecha.

La afición ajacied, siempre festiva, recibió la segunda parte con un clásico del Ámsterdam Arena, el Everything's gonna be allright de Bob Marley. 60.000 voces lo entonaron a capela mientras el Lyon metía el quinto, el sexto y el séptimo. Camino de la maldición. El Ajax, eliminado. Y el Madrid suscribiendo su mejor liguilla.

El País


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