La Paz, 8 de marzo (Boliviapress/Fides).- El ministro de hidrocarburos y energía, Juan José Sosa, advirtió hoy que la toma de 3 campos petroleros por parte de los pequeños productores arroceros, provocara desfases en la producción de líquidos como gasolina y diésel y problemas en la provisión de estos combustibles en estaciones de servicio
La autoridad de gobierno denuncio que la medida asumida por los arroceros provoca la paralización de producción de más de 1800 barriles de petróleo por día y serios perjuicios técnicos y económicos
“Debo lamentar el tema de la toma de muchos campos por el hecho de que son campos maduros que están en etapa de declinación bastante fuerte, el hecho de cerrar estos campos y volveros a abrir con seguridad que no vana tener la producción que se tenia hasta la fecha, el daños que se esta causando es tremendamente grande hay mas de 1880 barriles de petróleo con alto contenido de diesel”, señalo la autoridad.
Sosa dijo que el gobierno espera que los daños ocasionados por la medida asumida por los arroceros no sean de gran magnitud y que perjudiquen al volumen de producción de petróleo de los campos tomados.
“Ahora son algo más de 1.800 barriles de petróleo por día que estaríamos dejando de producir y eso no está entrando a refinería por lo cual tampoco se va procesar ese crudo que esta en este momento paralizado”, indico el ministro Sosa.
Preciso que la toma de estos campos no afecta a la provisión de gas porque el energético es suministrado por otros campos que se encuentran en sur del país.
Exigiendo la compra y fijación de un precio justo para su producto, productores de arroz del municipio de Yapacaní-Santa Cruz, procedieron ayer al bloqueo y paralización de operaciones de siete campos petroleros administrados por la empresa YPFB- Chaco.
De acuerdo con información procedente de la zona los campos afectados son: Humberto Suárez, palometas, Los Cusis, Patujusal, Junín, santa rosa w. y santa rosa, localizados en la provincia Sara, a 150 kilómetros de la capital cruceña.
Los campesinos que exigen al ejecutivo, la compra de arroz que prevén cosechar y a un precio de 70 dólares la fanega, obligaron a los funcionarios encargados del funcionamiento de las plantas petroleras a abandonar las instalaciones, las mismas que quedaron sin supervisión alguna, habiéndose suspendido la producción luego de que se procedió al cierre de válvulas.

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